E stas pocas páginas están dirigidas a los peregrinos que quieren poner sus pasos en los de San Juan Bautista de La Salle. N o deben sorprenderse si se los lleva con menos frecuencia a las iglesias que a los adoquines de la ciudad en busca de un hogar simple o una escuela que ya no esté. Este es el itinerario de un hombre apasionado por la educación de los niños pobres, porque sintió que la Buena Nueva de Jesucristo debía serles anunciada a todos los niños en el acto mismo de su educación. Q ue él inspire a los maestros de hoy que se reconocen a sí mismos en su intuición fundadora. |