« D urante la segunda Guerra Mundial, el Liceo, actualmente el Collège Université, es la sede de un servicio de interferencia de Radio Londres. Un blocao se sitúa a la esquina de las calles de Contrai y Université. Otro más chiquito frente a la Escuela bate la calle de Contrai en enfilada. Otros están alrededor del Liceo. Un importante personal femenino, llamado “ las ratas grises “, trabajan en ellos.
E l domingo 11 de abril de 1943, a las 12 hs 30, el piloto de un avión de la Luftwaffe, quería impresionar a las chicas. Agarra el edificio perpendicular al edificio principal de nuestra Escuela, a nivel de la Sala de Fiestas. Se debe el agujero en el tejado a la caída de una chimenea. Sigue cayendo y produce una brecha de un metro de anchura en la cúspide que separa la Escuela del Seminario, y las tejas se hacen pedazos. Termina su trayecto en la pared de la capilla del Seminario, perforándola con el árbol de la hélice. Al piloto le ha costado la vida. ”
« E s la hora del almuerzo. Estamos en el comedor cuando el ruido de un motor de avión que falla nos hace levantar la cabeza y todo esto nos parece tan cercano a nosotros. Al mismo tiempo, dos choques se producen. El de la carlinga que se aplasta en la terraza del pasillo y el de un enorme muelle del tren de aterrizaje que choca contra una de las ventanas del comedor y la atraviesa en diagonal. Su trayectoria pasa encima de la mesa de los profesores, traspasa el respaldo de la silla del Padre LOCHET, quien estaba ausente en aquel momento, y termina su recorrido en la cocina.
A terrorizados por el ruido y el choque tan cercano a nosotros, nos precipitamos hacia la escalera para ver lo que está pasando. El motor y la carlinga han chocado contra la pared de la capilla a la altura del tabernáculo, en la parte reforzada de la pared en media cintra. Se inició el fuego, pero sin peligro para la capilla, ni para el edificio donde se encuentra el comedor.
L as alas del avión cuelgan como a horcajadas en la pared que separa la Escuela del Seminario. Impotentes, asistimos a la combustión del paracaídas desplegado en parte y el piloto aplastado con el motor contra la pared de la capilla.
E n unos pocos minutos los soldados alemanes invaden el Seminario, bloquean todas las salidas y prohiben que nos vayamos del comedor. Salimos a las 15 hs, en el momento en que sale el cuerpo del piloto, encerrado en un cajón de madera de pino, hacia la plataforma de un camión. En unas horas, quitaron los restos del aparato ”.
